viernes, 30 de marzo de 2012

Oxímoron



Y denuevo siento la necesidad de que me arrebate lo poco que me queda: la verdad. Un torbellino de palabras se asoma descaradamente... es evidente; el hielo que quema escuchó la advertencia. Vomito una sopa de letras ininteligibles, me empalagaban. Me hacían sentir con cuchillas en las tripas, afiladas y frías. A veces sentí que el dolor me iba a llegar hasta el alma, ese rincón donde el silencio acompaña a la soledad, volviéndose ensordecedor.
Intento escapar pero a veces pienso que es demasiado tarde, o demasiado temprano. A veces sólo muerta me encuentro el pulso y mis fantasmas pueden desprenderse, sublimes, al danzar al compás de su ritmo.
Entonces es ahí, en ese instante de oscilación, cuando mi sombra iluminada se encoge de la vergüenza. Simula levantarse solemne al fracasar, y fracasa. Y así en la eternidad. En la eternidad instantánea donde no se respira y no se sabe si se está vivo o muerto. Muerta, y después viva.

1 comentario:

  1. En tan sólo 15 segundos en el blog recordé la canción Kiss. También recordé a Hesse, y por último justo antes de escribir este comentario, a Ginsberg.

    Saludos

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