lunes, 21 de octubre de 2013


Por favor, no te olvides de esa movida tan estratégica de jugar al ping-pong en cámara lenta, para que no sea tan obvio para el resto pero para que yo pueda ver con detalle la estupidez humana que brota de tu boca. Es absolutamente necesaria para mí. Es absolutamente necesario que tomes lo que pienso, lo que siento, lo que proceso y lo que digo y lo amoldes como se te plazca y lo destruyas por completo. Me encanta la destrucción.


Es increíble el problema de ego que tenés...

miércoles, 16 de octubre de 2013

Allá vienen

Querido amigo: Hoy de nuevo soñé con lobos. Soñé que entraba a una ciudad oculta detrás de unas rocas en el medio del océano. La ciudad estaba llena de gente, pero no parecía tener vida. Me dijeron que no le tema a los lobos, que iban a estar por todas partes, pero yo sabía que ellos me podían hacer daño como uno puede apreciar tranquilamente por algún programa yanki de la tele. Acá eran en serio, amigo, y realmente estaba asustada. Sin embargo vos me brindaste cierta confianza hacia ellos. Me enseñaste que son un buen cazador pero no tienen azarosamente ese parecido tan fiel a los caninos que nos reciben en nuestros cálidos hogares una vez que llegamos después de un arduo día. Yo creo que vos más bien sos un perro, esa tontería de que los lobos van mejor con vos no es cierta. Yo sé que en el sueño vos también tenías miedo, aunque querías asimilarte con esa tonta idea de vagar solo sin que nadie te comprenda, autoabastecerte con tu sufrimiento y tragártelo entero, como un pedacito de carne de algún antílope. Esa sensación de ir con una manada pero observar de reojo sólo las huellas de tus cuatro patas... ¿No te parece escalofriante? Es por eso que ese sueño parecía una pesadilla; no estoy exagerando. Esa sensación de estar en conjunto pero estar solo, tener esa mirada desolada y a la vez desafiante, punzante, no puede deberse a buenos augurios. ¿No te hace acordar a la soledad? ¡Y me estaban rodeando los lobos, amigo! ¡Me estaba rodeando!

domingo, 13 de octubre de 2013

Sólo hay una o dos cosas que hoy me hacen feliz, y son las más felices de todas.

sábado, 12 de octubre de 2013



Tal vez se trate del destino. Tal vez estuvimos diseñados para encontrarnos en el lugar exacto, en el momento exacto, y luego desaparecer, como dos líneas rectas -dos vidas rectas- que nunca más se van a poder interceptar. A diferencia de esta historia ficticia en la que tanto me identifiqué hace años -más real que las reales-, esta vez creo que lamentablemente una parte de mí no se va a quedar allá, y menos la mitad. Me arrebaté toda, amigo, porque lamentablemente no todas estas vidas valen la pena. Lamentablemente, esta es una prueba escueta de que la razón de nuestro encuentro y nuestro tiempo juntos sea el separarnos, romper esas agujas de ese viejo reloj. Supongo que es hora de comprar otro.


jueves, 3 de octubre de 2013

Efímero

Me pregunto, especialmente ahora, que me encuentro corriendo en el bosque, sola: ¿Esto es real? Quisiera que dure para siempre, ese sentimiento de correr, pero sin perseguir nada, sin huir de nada ni de nadie. Que la única distancia que sienta es la que me falta para llegar a la cima de una montaña. Esa sensación de frío exterior, pero de tener este corazón palpitándome a velocidades incontrolables. Simplemente dejarme soltar, dejarme ser. Sentir el barro húmero, la neblina penetrándome en el cuerpo y empalideciéndome, pero estar más viva que nunca. ¿Será posible esto de sentir tanto mis latidos, al punto de querer arrancarme el corazón? Podría dártelo sin pedir que me jures que lo vas a cuidar. Envolverlo en un papel lindo, y regalártelo.

Yo ya estoy con él, me voy a internar en el bosque y voy a desaparecer, al menos por un instante. Al menos por ese instante, nunca voy a sentirme sola, nunca voy a sentir que me falta el corazón. No me falta nada. Estoy acá.